Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Mateo 16,13-44,
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan, el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia……..
Señor, que en tu santa iglesia, sigan habiendo ciervos fieles dedicados ha hacer tu voluntad de seguir evangelizando y procurar por los pobres y los mas necesitados guiados por tu Santo Espíritu en constante movimiento. Amen.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente (Mt 16,16).
Padre Nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu Voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
Dános hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
así como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén