June 18, 2021

Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Evangelio de San Mateo 6, 19-23 En aquel tiempo, 00dijo a sus discípulos: “No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón. Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!” Oración, dedica unos minutos a tener un dialogo espontaneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia… Señor, tú eres el Camino, la Verdad y la Vida, dame tu gracia para que mis ojos estén siempre fijos en la luz de tu verdad y apartados de la oscuridad del pecado. Transforma mi corazón de manera que busque siempre el Reino de los Cielos y que tu presencia divina sea el único tesoro en mí vida. Amén Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «El Señor libra al justo de todas sus angustias.» (Salmo 33) Para las lecturas del día, por favor vaya aquí.Lectura Espiritual
San Juan Pablo II en una ocasión dijo que no podíamos negar en la oscuridad, en momentos difíciles, lo que hemos podido ver con claridad en la luz. Y es que, en algún momento de nuestra vida, hemos visto con claridad la luz de Dios en nuestra vida, su amor, su misericordia. Pero en ocasiones, la queremos ahogar o esconder, cubriéndola con nuestros problemas, o incluso con nuestros éxitos. Sin embargo, sabemos que la hemos visto. Y esa luz que hemos visto, no podemos negarla ante la primera adversidad, o esconderla en los momentos de éxito. Hemos visto, hemos sido testigos. Por eso debemos cuidar siempre que nuestra vista no se nuble. Asegurarnos, y pedirle a Dios la gracia. De manera que podamos únicamente servir a un solo Señor. (Roberto Villatoro | Fuente: Catholic.net)