Unos minutos con Dios.
Santos Pedro y Pablo
Simón, hijo de Juan, pescador de Galilea, fue uno de los primeros llamados por el Señor y puesto al frente de los Doce para servir y confirmar en la fe a sus hermanos. Tras confesar a Jesús como Mesías, el Maestro le dio un nuevo nombre, Pedro, expresión de su función de piedra visible y fundamento de la unidad de la Iglesia. Desarrolló su actividad apostólica en Jerusalén, Antioquía de Siria y Roma, como primer obispo de esa ciudad. Allí, durante la persecución de Nerón, fue crucificado en el año 64. Fue sepultado en la colina Vaticana. Pablo, natural de Tarso, observante celoso de la ley mosaica, fue perseguidor de los cristianos y, de camino a Damasco, Jesús le salió al encuentro. Convertido a Cristo fue apóstol y viajero infatigable por Asia Menor y Europa oriental, donde fundó numerosas comunidades cristianas. Sus cartas a diversas iglesias son alimento para la Iglesia de todos los tiempos. Fue decapitado a las afueras de Roma en el año 67.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”.
Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….
Gracias Señor porque siempre, me haces saber que valores esperas de mí : justicia, solidaridad, respeto, fidelidad, gratitud, honestidad , amistad y amor . No permitas que crezca en mi la cizaña del egoísmo y dame la fortaleza para no caer en ella. Amén.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: ‹‹¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?›› Amén
Ave María
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén