Unos minutos con Dios.
Memoria de San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia
Buenaventura nació en Bagnoregio, en el Lazio, entre 1217 y 1221. Siendo niño, fue curado por san Francisco de una grave enfermedad. Estudió en la Universidad de París, donde enseñó más tarde. Allí encontró a los frailes menores, y en 1243 entró en la orden. Convertido en ministro general, la dirigió durante diecisiete años con sabiduría y equilibrio, en medio de fuertes tensiones. Además de una biografía de san Francisco, escribió muchas obras de teología y de mística, armonizando de una manera profunda la ciencia con la fe. Estas obras le merecieron el título de doctor seráfico. Tras ser nombrado cardenal y obispo de Albano, contribuyó al acercamiento entre latinos y griegos en el segundo Concilio Ecuménico de Lyon, durante cuya celebración murió, el 15 de julio de 1274.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Evangelio según San Mateo 12, 1-8 Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”. Él les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes? ¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo. Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado’’. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia… Jesús, Hijo bendito de Dios, derrama tu Santo Espíritu, y tu gracia sobre mí, yo no quiero ser fariseo, no quiero ser hombre que me fijo de todas las conductas de mis hermanos, inventadas por ellos. Quiero ser con la ayuda de tu gracia, un hombre sensato, ser un testimonio de cristiano que vivo lo que creo, creo en ti mi Señor. Hoy te suplico que me ayudes a sumergir mi corazón en tu amor para poder amar a mis hermanos con un corazón manso y misericordioso. Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: <<Quieres misericordia, oh, Señor>> (cf Mt 12,7). Toma, Señor, y recibe mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo torno; todo es tuyo; dispón de ello conforme a tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esto me basta.Latest Posts
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