Martes de la VI semana de Pascua

Unos minutos con Dios.

Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:

Evangelio según San Juan 16, 5-11

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Me voy ya al que me envió y ninguno de ustedes me pregunta: '¿A dónde vas?' Es que su corazón se ha llenado de tristeza porque les he dicho estas cosas. Sin embargo, es cierto lo que les digo: les conviene que me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; en cambio, si me voy, yo se lo enviaré.

Y cuando él venga, establecerá la culpabilidad del mundo en materia de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque ellos no han creído en mí; de justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán ustedes; de juicio, porque el príncipe de este mundo ya está condenado".

Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……

Yo se lo enviaré [el Consolador]. (Juan 6, 7)

¿Cuál es el propósito de tu vida?

Se dice que tener un propósito en la vida puede ayudarnos a enfrentar los altibajos de la vida. Si sabemos cuál es nuestro propósito, nos resulta más sencillo sobreponernos cuando debemos enfrentarnos a las dificultades.

Sin embargo, todos vivimos tiempos de transición en la vida cuando nuestro propósito puede ser más difícil de ver o mantener. Estas transiciones también pueden ayudarnos a clarificar cuál es realmente nuestro propósito. Esta clase de transiciones que experimentamos, pueden llevarnos a hacernos la pregunta: ¿Qué se supone que haga ahora? En todo caso, ¿quién soy yo?

En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús estaba ayudando a sus discípulos a encontrar su propósito en su vida. El Señor sabía que la noticia de su partida los perturbaría terriblemente, así que les aseguró que les enviaría un Consolador, el Espíritu Santo, para que estuviera con ellos y los guiara. Les promete que este Espíritu les ayudará a mantenerse concentrados en el propósito más importante en la vida: Amarlo y seguirlo a él.

Santa Teresa de Calcuta una vez dijo: “Soy como un pequeño lápiz en las manos de Dios. Dios es el que piensa, él es el que escribe. Dios lo hace todo; a veces es realmente difícil porque el lápiz está roto, y él tiene que afilar la punta un poco más.” Este era su propósito en la vida, ya fuera que estuviera enseñando a las niñas en la escuela o alimentando a los hambrientos o hablando frente a las Naciones Unidas. Este también puede ser nuestro propósito.

Si decidimos que el propósito de nuestra vida sea ser un lápiz en las manos de Dios, también podemos estar seguros de que, sea lo que sea que hagamos, Jesús estará ahí a nuestro lado, animándonos y dándonos su gracia. También podemos estar seguros de que, si nos desviamos del camino, su Espíritu estará a nuestro lado para ayudarnos a retornar a él. Aun cuando nos sintamos sin metas o que nos hace falta dirección, podemos confiar en que Dios encontrará la forma de regresarnos al camino y ayudarnos a avanzar hacia adelante.

Tu vida tiene un propósito y es el más glorioso de todos: Estar unido a Cristo, ¡ahora y por toda la eternidad! Amén (Extracto de LPEN)

Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Yo les enviaré al Espíritu de la verdad, y él los irá guiando hacia la verdad plena, dice el Señor.»  Juan 16, 7.13

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.

Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad.

Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.

Para las lecturas del día, por favor vaya aquí.