
Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.
Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre''.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Señor, necesito un mayor y mejor conocimiento del Padre. Él es el principio de todo bien y será el término final de todo. Él es la causa y origen de nuestra felicidad y también la meta final hacia la que nos dirigimos. Pero este origen y esta meta necesitan un camino. Y ese camino eres Tú, Señor, el hijo amado del Padre. Enséñanos a amar al Padre, a descansar en el Padre, a poner también, como Tú, nuestra alma en sus manos antes de morir. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy con frecuencia la Palabra: «"Yo soy el camino, la verdad y la vida."» Amén
Oh Dios, que en tu inefable providencia quisiste que tu siervo Francisco fuera contado entre los sumos sacerdotes; concédenos, te suplicamos, que él, quien en la tierra ocupó el lugar de tu Hijo unigénito, sea unido para siempre a la compañía de tus santos pontífices. Por el mismo Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Concédele, Señor, el descanso eterno a Francisco.
R. Y brille para él la luz perpetua.
Que su alma, y las almas de todos los fieles difuntos,
por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén
Regina Coeli
V: Reina del cielo, alégrate, aleluya.
R: Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.
V: Ha resucitado según su palabra, aleluya.
R: Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
V: Goza y alégrate Virgen María, aleluya.
R: Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. (tres veces)