Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Primera lectura 1 Juan 1, 1-4
Queridos hermanos: Les anunciamos lo que ya existía desde el principio, lo que hemos oído y hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y hemos tocado con nuestras propias manos. Nos referimos a aquel que es la Palabra de la vida.
Esta vida se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y somos testigos de ella. Les anunciamos esta vida, que es eterna, y estaba con el Padre y se nos ha manifestado a nosotros.
Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, y juntos estemos unidos con el Padre y su Hijo, Jesucristo. Les escribimos esto para que se alegren y su alegría sea completa.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia……..
Señor Jesús, que revelaste los misteriosos secretos de la Palabra al discípulo amado, Juan, da también hoy a tu Iglesia una nueva inteligencia espiritual de las Escrituras.
El Espíritu Santo, a través de las palabras del concilio, nos ha recordado que "la Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras como el Cuerpo mismo de Cristo" y que la Palabra de Dios es "fuente pura y perenne de la vida espiritual". Por esto nosotros queremos iluminar cada vez más nuestra vida espiritual con tu Palabra, para aprender "la sublime ciencia de Jesucristo". Sentimos cada vez más verdadera, sin embargo, la afirmación conciliar según la cual la Escritura "debe ser leída e interpretada con la ayuda del mismo Espíritu con que ha sido inspirada".
Da, Señor, a tu Iglesia pastores sabios y santos que sepan captar el sentido espiritual y profundo de tus Escrituras e introducir al pueblo entero de Dios en tu intimidad para conocer mejor tu pensamiento, las profundidades del Espíritu y como guías a tu Iglesia. Pero haznos comprender también que tantas crisis de nuestras comunidades religiosas se superan sólo con la frecuente lectura y meditación de tu Palabra "acompañadas por la oración, para que pueda brotar el coloquio entre Dios y el hombre", lugar donde se opera en nosotros la conversión del corazón nuevo y la apertura a la fraternidad universal. Amén. (SCDE)
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «"Les escribimos esto para que se alegren y su alegría sea completa."». Amén
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén