Unos minutos con Dios.
Santa Francisca Javier Cabrini (1850-1917)
l Nació en 1850. Decimotercera hija de una familia campesina italiana de la Lombardía, quedó huérfana a los 20 años de edad. Fundó en 1889 una Congregación llamada Misioneras del Sagrado Corazón, y el papa León XIII le confió el cuidado de los italianos en Estados Unidos. Estableció instituciones para el cuidado de los enfermos, abandonados y pobres y organizó escuelas catequísticas. Murió en 1917. Es la primera ciudadana canonizada de Estados Unidos. Es patrona de los inmigrantes.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Lucas 17, 11-49
En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!”
Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.
Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia……..
Señor Jesús, te damos gracias, Señor que por tu misericordia hemos sido sanados y salvados, y por la fuerza de tu Santo Espíritu nos mantenemos apegados a ti, danos un espíritu de gratitud siempre mi Señor. Amen.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: "Él nos salvó no por nuestras buenas obras, sino en virtud de su misericordia" (Tit 3,5).
Padre Nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu Voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
Dános hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
así como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén