Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Marcos 2, 18-22
En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?”
Jesús les contestó: “¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el esposo está con ellos? Mientras está con ellos el esposo, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el esposo les será quitado y entonces sí ayunarán.
Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos”.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Quien me da gracias, ese me honra (Salmo 49) No voy a reclamarte sacrificio, dice el Señor, pues siempre están ante mis tus holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa ni cabritos de tus rebaños. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: « Pero llegará el día en que el esposo les será quitado y entonces sí ayunarán.» Amén.
Toma, Señor,
y recibe mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer.
Tú me lo diste,
a Ti, Señor, lo torno;
todo es tuyo;
dispón de ello
conforme a tu voluntad.
Dame tu amor y gracia,
que esto me basta. Amén.
Reflexión
Jesús nos dice en este evangelio que el ayuno es bueno, pero que lo más importante es conocer a Jesús que es el objetivo principal de todas nuestras acciones como discípulos de Él.
También nos recuerda en este evangelio, que mientras Él estaba en la tierra, sus discípulos debían de estar de celebración, en lugar de llorar y estar tristes. Nos sugiere que, al ayunar, uno debe buscar agradar a Dios y no a las personas que están a su alrededor.