Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Lucas 10, 13-16
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo".
Luego, Jesús dijo a sus discípulos: "El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Hoy amanecemos a un nevo día. Un día lleno de posibilidades cuando tenemos apertura a el mensaje que Dios nos da a través de su Palabra. Te pido Jesús un corazón nuevo. Nuevo para enfrentarme a las desobediencias y rebelión mía y de mi pueblo. Nuevo para reconocer mis errores y dejar que tú me restaures. Nuevo para anuncia y misionar por la salvación de almas y tu Reino. Nuevo para ver el mundo con tus matices de misericordia y amor.
Pero también lleno de coraje para enfrentar la soberbia y el pecado. Dispuesto y abierto a tu Espíritu Santo que con una fortaleza increíble es capaz de vencer, santificar y penetrar los lugares mas oscuros con una luz perpetua y inextinguible. Utilízame y moldéame, Señor, en ese instrumento que solo tiene propósito cuando se deja usar por ti para llevar el mensaje que has destinado. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «No hemos escuchado la voz del Señor.» (Baruc 1,21)
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.
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