November 3, 2019

Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Libro de la Sabiduría 11,22-26.12,1-2. Señor, delante de ti, el mundo entero es como un grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero, que cae sobre la tierra. Te compadeces de todos, y aunque puedes destruirlo todo, aparentas no ver los pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse. Porque tú amas todo cuanto existe y no aborreces nada de lo que has hecho; pues si hubieras aborrecido alguna cosa, no la habrías creado. ¿Y cómo podrían seguir existiendo las cosas, si tú no lo quisieras? ¿Cómo habría podido conservarse algo hasta ahora, si tú no lo hubieras llamado a la existencia? Tú perdonas a todos, porque todos son tuyos, Señor, que amas la vida, porque tu espíritu inmortal, está en todos los seres. Por eso a los que caen, los vas corrigiendo poco a poco, los reprendes y les traes a la memoria sus pecados, para que se arrepientan de sus maldades y crean en ti, Señor. Salmo 144, 1-2.8-9. 10-11. 13cd-14 R. Bendeciré al Señor eternamente. Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. R. Bendeciré al Señor eternamente. El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas. R. Bendeciré al Señor eternamente. Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres. R. Bendeciré al Señor eternamente. El Señor es siempre fiel a sus palabras y lleno de bondad en sus acciones. De su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R. Bendeciré al Señor eternamente. Segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 1,11-12.2,1-2. Hermanos: Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado, y con su poder, lleve a efecto tanto los buenos propósitos que ustedes han formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así glorificarán a nuestro Señor Jesús y él los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor. Por lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestro encuentro con él, les rogamos que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se alarmen ni por supuestas revelaciones, ni por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que los induzcan a pensar que el día del Señor es inminente. Evangelio según San Lucas 19,1-10. En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre
Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén. .
Para la Lectura Espiritual
A veces nosotros buscamos corregir o convertir a un pecador riñendo, reprochando sus errores y su comportamiento injusto. La actitud de Jesús con Zaqueo nos indica otro camino: el de mostrar a quien se equivoca su valor, ese valor que Dios sigue viendo a pesar de todo, a pesar de todos sus errores. Esto puede provocar una sorpresa positiva, que causa ternura en el corazón e impulsa a la persona a sacar hacia fuera todo lo bueno que tiene en sí mismo. El gesto de dar confianza a las personas es lo que las hace crecer y cambiar. Así se comporta Dios con todos nosotros: no lo detiene nuestro pecado, sino que lo supera con el amor y nos hace sentir la nostalgia del bien. Todos hemos sentido esta nostalgia del bien después de haber cometido un error. Y así lo hace nuestro Padre Dios, así lo hace Jesús. No existe una persona que no tenga algo bueno. Y esto es lo que mira Dios para sacarla del mal. Papa Francisco ÁNGELUS 30 de octubre de 2016 Leer texto completo pulsar aquí: ÁNGELUS 30 de octubre de 2016