Viernes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario

Unos minutos con Dios.

Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:

Evangelio según San Mateo 13, 18-23

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.

Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.

Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la sofocan y queda sin fruto.

En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta’’.

Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……

Lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto (Mateo 13, 23)

Cuando la vida se vuelve difícil, podemos ver las cosas como son en lugar de lo que pueden llegar a ser. La tierra que está llena de maleza, piedras y espinas, podría no parecer un buen lugar para un jardín fructífero. De igual manera, cuando nos vemos a nosotros mismos, podríamos no solo ver los obstáculos que nos impiden convertirnos en tierra buena que da fruto para el Reino de Dios.

En la parábola del sembrador, tres de los cuatro tipos de suelo no parecen muy esperanzadores tampoco. Pero eso no detuvo al sembrador de sembrar su semilla tan libremente como Jesús siembra su palabra en nosotros. Pero Jesús quiere hacer más que simplemente darnos su palabra. El Señor desea remover también los obstáculos. Eso es porque él ve todo lo que podemos llegar a ser, no solo lo que somos ahora.

Jesús identifica tres tipos de obstáculos en la parábola: Las mentiras del enemigo, la pérdida de raíces profundas y las tentaciones y temores del mundo. Primero, el enemigo puede robarse la semilla de la verdad al susurrar mentiras en nuestro corazón que lo cierran al mensaje del evangelio. Segundo, si no tenemos raíces profundas en la Palabra de Dios, el sufrimiento y las dificultades pueden robarnos nuestra alegría en el Señor. Finalmente, los temores y las ambiciones del mundo pueden inundar nuestro corazón, dejando poco espacio para que la Palabra de Dios crezca y se arraigue.

¿Hay un obstáculo particular que te está provocando problemas en este momento? Recuerda que Jesús puede ayudarte a superarlo. Pero también te pide que cooperes con él. El Señor prometió que “quienes oyen la palabra [y] la entienden” darán fruto (Mateo 13, 23). Así que aun cuando le pidas que te ayude a dar más fruto, haz tu parte profundizando en la Palabra de Dios. Cree que cuanto más llegues a entender y amar su Palabra, más fruto darás.

Así que no te fijes únicamente en la persona que eres, recuerda la persona que Dios quiere que seas. Permite que Jesús sea el jardinero de tu corazón, ¡él incluso puede convertir el suelo más pedregoso en tierra buena!

“Señor Jesús, te pido que me ayudes a remover cualquier obstáculo que surja en mi corazón y que me impida comprender tu Palabra.”

Amén (Extracto de LPEN)

Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.»  Lc 8,15

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.

Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad.

Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.

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¡Oren por Kerygma Comunidad Misionera Evangelizadora! ¡Que Dios nos mantenga a todos los misioneros, fieles a la misión encomendada!

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