February 11, 2022
Unos minutos con Dios.
Nuestra Señora de Lourdes
En el año 1858 la Inmaculada Virgen María se apareció a Bernardita Soubirous, cerca de Lourdes (Francia), dentro de la cueva de Massabielle. Por medio de esta humilde jovencita, María llama a los pecadores a la conversión, suscitando un gran celo de oración y amor, principalmente como servicio a los enfermos y pobres. Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:Evangelio según San Marcos 7, 31-37
En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effetá!” (que quiere decir “¡Ábrete!”). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…… Señor, muchas veces me hago siego, sordo y mudo ante mi prójimo, pero tu mi Señor que todo lo puedes abres mis ojos y mis oídos para ver y escuchar a las almas perdidas, y mis labios para proclamar la buena nueva. Amen. Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Haz, Señor, que escuchemos tu voz» Amén (de la liturgia).Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer; Vos me disteis,
A Vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro, disponed todo a vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que con ésta me basta.
Lectura Espiritual
El milagro es la relación: una auténtica "noticia alegre" para nuestros días. No sólo porque todos intuyamos que la salvación tiene que ver con relaciones nuevas, por fin liberadas, sino sobre todo porque Jesús nos sale aquí al encuentro como alguien que puede llevar a cabo todo esto. Si lo ha hecho con un hombre sordo y mudo -y además extranjero-, es para dar a entender que puede hacerlo con cualquier hombre. Si participamos en el dolor de la humanidad que padece, no nos resultará difícil darnos cuenta de que, hoy, las heridas más graves de la gente tienen que ver precisamente con las relaciones. Con los endurecimientos, con las atrofias, verdaderas y auténticas parálisis de la relación. De ahí procede el aislamiento, la sospecha y el miedo al otro, que nos hace encerrarnos en nosotros mismos y nos condena a la pérdida del sentido. Ahora bien, Jesús busca, toca los sentidos del hombre -parece hurgarnos en la vida-, para llegar finalmente al corazón y tocarlo. “Effatha”: es la condición para volver a lanzar puentes con la Vida. Abrirse a Dios, a su Palabra, al encuentro con él, para ser devueltos -abiertos- al encuentro con el mundo, al diálogo con los hombres, a la relación verdadera con todos.