March 20, 2020

Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:Marcos 12, 28-34
En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”. El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”. Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia……. Señor Dios nuestro, a través de la historia los hombres hemos tenido la experiencia de que no podemos ser felices confiando sólo en nuestros recursos e intuiciones. Oh Dios santo, no permitas que idolatremos nada hecho con nuestras manos, sino que busquemos humildemente justicia, verdad y felicidad para todos, en colaboración y comunión contigo, tal como nos enseñaste por medio de tu Hijo Jesucristo. Amén Contempla la Palabra de Dios(en silencio deja actuar en ti al Espiritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: "Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios" ( 1 Juan 4, 7) "Señor y Maestro de vida, no me abandones al espíritu de pereza, de desánimo, de dominación y de vana charlatanería, antes bien, hazme la gracia, a mi tu siervo, del espíritu de castidad, de humildad, de paciencia y de caridad. Sí, Señor-Rey, concédeme el ver mis faltas y no condenar a mi hermano, ¡oh, Tú, que eres bendito por los siglos de los siglos. Amén."PARA LA LECTURA ESPIRITUAL