VI Domingo de Pascua

Unos Minutos con Dios

Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:

Evangelio según San Juan 14, 15-21

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará en ustedes.

No los dejaré desamparados, sino que volveré a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo permanezco vivo y ustedes también vivirán. En aquel día entenderán que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes.

El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él".

Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……

Jesús debía resucitar de entre los muertos. (Jn 20:9)

Y él les dará otro Paráclito. (Juan 14, 16)

“Usted tiene derecho a un abogado. Si no puede pagar un abogado, se le proveerá uno.” Esa conocida frase es parte de la “advertencia Miranda” que los oficiales de la policía están obligados a decir a cualquier persona a la que arresten. Se basa en la creencia de que alguien más debe estar presente para asegurarse de que el acusado reciba un juicio justo y que le ayude a enfrentar a su acusador con dignidad y valentía.

¿No resulta interesante que esta es la forma en que Jesús describe al Espíritu Santo en el Evangelio de hoy? El término griego para “abogado”, parakletos, también significa abogado defensor o consejero legal. Es especialmente interesante cuando recordamos que la Escritura describe al diablo como nuestro “acusador” (Zacarías 3, 1; Apocalipsis 12, 9-10).

¡Qué don más maravilloso tenemos en el Espíritu Santo! No tenemos que defendernos solos de las acusaciones. Jesús nos ha dado el Espíritu para que podamos defendernos de las mentiras del maligno. El Señor nos ha dado el mejor abogado defensor de la historia. Alguien que nos recuerde que hemos sido perdonados. Alguien que nos recuerde el amor que Dios tiene por nosotros. Alguien que ve nuestros pecados y errores pero que también ve los verdaderos deseos de nuestro corazón y nunca se da por vencido con nosotros.

Siempre recuerda al Espíritu Santo, tu defensor, especialmente cuando te sientas tentado a creer que no eres bueno o que Dios se ha dado por vencido contigo. Recuérdalo a él cuando dudes de la bondad de los planes que Dios tiene para ti y para tus seres queridos.

Todos los días de tu vida, asegúrate de dedicar tiempo a escuchar al Espíritu Santo. Permítele que te convenza una y otra vez de que tú perteneces a Cristo y que nadie te puede arrebatar de sus manos.

“Espíritu Santo, por tu gracia, te pido que me ayudes a mantenerme firme frente a la tentación y la acusación.” Amén (Extracto de LPEN)

Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor, y mi Padre lo amará y vendremos a él.»  Juan14, 15-21

Acordaos, oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando tu auxilio, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza,
a Vos acudo, Madre, Virgen de la vírgenes,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante Vos.
Madre de Dios, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.