Ofrecimiento diario por la Iglesia y por el mundo
V/ Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo.
R/ Para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con él por la redención del mundo.
Señor mío y Dios mío Jesucristo: por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.
Te pido en especial: por el Papa y sus intenciones, por nuestro obispo y sus intenciones, por nuestro párroco.
Intención universal – Por la fe de los jóvenes Recemos para que los jóvenes, llamados a una vida plena, descubran en María el estilo de la escucha, la profundidad del discernimiento, la valentía de la fe y la dedicación al servicio.