February 18, 2018

Yendo al desierto, Jesús entra en la historia de salvación de su pueblo, el pueblo elegido. Esta historia empieza después de la salida de Egipto por una migración de cuarenta años por el desierto. En el centro de este tiempo de cuarenta años están los encuentros «cara a cara» con Dios: estos cuarenta días de Moisés en la montaña, en ayuno absoluto, lejos de su pueblo, en la soledad de la nube, en la cima de la montaña. Del núcleo de estos días surge la fuente de la revelación. Volvemos a encontrar el espacio de cuarenta días en la vida de Elías: perseguido por el rey Acab, el profeta camina cuarenta días por el desierto, volviendo así al origen de la alianza, a la voz de Dios, para un nuevo comienzo de la historia de salvación.
Jesús entra en esta historia. Revive las tentaciones de su pueblo, las tentaciones de Moisés. Como Moisés, ofrece su vida por el pueblo: con tal de que el pueblo se salve, está dispuesto a dar su vida. Así, Jesús será el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Será el auténtico Moisés que está en el seno del Padre, cara a cara con él para revelar al Padre. En los desiertos del mundo, él es la fuente de agua viva, palabra de vida, camino, verdad y vida. Desde la cruz nos entrega la alianza nueva. Auténtico Moisés, él entra por la resurrección en la tierra prometida que Moisés no alcanzó, y por la cruz, Jesús nos abre las puertas del reino.
Joseph Ratzinger
Papa emérito Benedicto XVI.
Fuente Magnificat
Meditación:
Lee el evangelio, meditalo y deja que te lleve a una conversación íntima con Jesús:
Evangelio según San Marcos 1,12-15.
En seguida el Espíritu lo llevó al desierto,
donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.
Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:
"El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia".
¿Estás dispuesto a caminar tu propio desierto? "La victoria de Jesús en el desierto anuncia su victoria sobre el pecado y la muerte."
¿Puedes identificar el pecado que te tiene atado? Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador"
Concluimos dando gracias a Jesús.
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.Amén.