Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso".
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir".
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…
Señor amado, la oración de este día llama a la puerta de mi generosidad. Hay muchas puertas dentro de mí: la del egoísmo, la de la codicia, la de la vanidad; pero también existe la puerta de la generosidad y es precisamente a esta puerta a la que mi oración se dirige.
Y le suplico a Dios que esta puerta sea ancha y esté siempre abierta, para que yo sea generoso y aprenda en este espacio de oración a ser como aquella viuda pobre que se desprendió de lo único que tenía. Amén.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: “Vosotros bendecid al Señor y divulgad sus obras maravillosas.” Tb 12,20.
Dios te salve María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita tu eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oren por Kerygma Comunidad Misionera Evangelizadora! ¡Que Dios nos mantenga a todos los misioneros, fieles a la misión encomendada!