Miércoles de la XXXIII semana del Tiempo ordinario

“Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir”
November 20, 2024
San Lucas 19 11 28

Unos minutos con Dios

Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:

Evangelio según San Lucas 19, 11-28

En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola:

“Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: ‘Inviertan este dinero mientras regreso’.

Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: ‘No queremos que éste sea nuestro rey’.

Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno.

Se presentó el primero y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas’. Él le contestó: ‘Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de diez ciudades’.

Se presentó el segundo y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas’. Y el señor le respondió: ‘Tú serás gobernador de cinco ciudades’.
Se presentó el tercero y le dijo: ‘Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado’. El señor le contestó: ‘Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?’

Después les dijo a los presentes: ‘Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez’. Le respondieron: ‘Señor, ya tiene diez monedas’. Él les dijo: ‘Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia’ ”.

Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos. 

Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia……..

Santo, santo, santo es el Señor.

Has hecho el mundo para nosotros: las flores de mil colores para alegrarnos; la lluvia para refrescar la tierra; los pájaros para llenar el aire de cantos; la luna y las estrellas para hacernos soñar.

Santo, santo, santo es el Señor.

Nos has creado y nos has colmado de dones: la inteligencia para captar tus maravillas; la voluntad para amar el universo; la fantasía para alcanzar lo imposible; la sonrisa para difundir tu alegría.

Santo, santo, santo es el Señor.

Haznos comprender: la dimensión original e inefable de tus dones, que escapan a cualquier juicio trivial; la gravedad que encierra enterrar cualquier don por miedo o por envidia, por pereza o por favorecer nuestros planes; la responsabilidad de hacerlos fructificar, porque la esencia del don es ser entregado.

Santo, santo, santo es el Señor.  Amen. (SCDE)

Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.                                                                                                                            

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra. «“Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir”» Amén

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén

Para las lecturas del día, por favor vaya aquí.

Video: Jesús es Rey

https://youtube.com/shorts/T6qNRJxWBKI

 

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