Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Lucas 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: "Te seguiré a donde quiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza".
A otro, Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le respondió: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia". Jesús le contestó: "El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
“El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. (Lucas 9:62)
Señor Jesús, gracias por llegar a mi siempre con el preciso mensaje que necesito en esta etapa de mi vida. Alienta mi alma y dame la sabiduría para ponerte siempre en el primer lugar. Tu conoces mejor que nadie la intención de mi corazón. Ayúdame a dejar atrás mi pasado para poder fijar mi vista en ti. Ayudarme a ser digno de seguirte.
Tus palabras son duras y penetrantes como una espada. Ellas cortan hasta lo más íntimo de mi ser y a la vez me sanan y liberan. Despójame de todas mis ataduras y cargas para así, poder seguirte sin mirar atrás.
Gracias Jesús por ocuparte de guiarme en el camino así ti. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «El Señor le concedió un duro combate, para que supiera vencer, porque la sabiduría es más poderosa que todo.» (Sab 10,12)
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén
Para las lecturas del día, por favor vaya aquí.