
Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar''.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Padre Celestial, te doy infinitas gracias porque, en tu sabiduría y amor, has elegido revelarte a los humildes y sencillos, a aquellos que tienen un corazón abierto para recibir tu verdad. Me maravilla cómo tu gracia fluye hacia quienes no se apoyan en su propia inteligencia, sino que confían plenamente en ti.
Gracias, Señor, porque tu voluntad es perfecta y porque todo ha sido puesto en las manos de tu Hijo, Jesús. A través de Él, podemos conocerte y experimentar tu amor incondicional. Te pido que, por medio de Jesús, sigas revelándome tu corazón y tus caminos, para que cada día pueda vivir más cerca de ti y comprender más profundamente tu voluntad. Amén.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «"Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra."» Amén
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén