
Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…
Ir a ti. No con nuestros méritos sino con nuestros cansancios y opresiones. Ir a ti sin fingimientos, sin ocultar nuestras miserias y debilidades. Ir a ti para poder abrirte nuestro corazón y contarte nuestras fatigas y nuestras culpas.
Ir a ti. Y en ti recobrar las fuerzas y encontrar la paz tan ansiada. Tu querer no nos aplasta porque tu yugo es suave y tu carga ligera. Realmente es espléndida tu promesa, por la que te alabamos y bendecimos.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «“Venid a mí, todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os aliviaré”». Amén (Mt 11,28).
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén