March 21, 2018
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Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Libro de Daniel 3,14-20.91-92.95. Nabucodonosor tomó la palabra y les dijo: "¿Es verdad Sadrac, Mesac y Abed Negó, que ustedes no sirven a mis dioses y no adoran la estatua de oro que yo erigí? ¿Están dispuestos ahora, apenas oigan el sonido de la trompeta, el pífano, la cítara, la sambuca, el laúd, la cornamusa y de toda clase de instrumentos, a postrarse y adorar la estatua que yo hice? Porque si ustedes no la adoran, serán arrojados inmediatamente dentro de un horno de fuego ardiente. ¿Y qué Dios podrá salvarlos de mi mano?". Sadrac, Mesac y Abed Negó respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: "No tenemos necesidad de darte una respuesta acerca de este asunto. Nuestro Dios, a quien servimos, puede salvarnos del horno de fuego ardiente y nos librará de tus manos. Y aunque no lo haga, ten por sabido, rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que tú has erigido". Nabucodonosor se llenó de furor y la expresión de su rostro se alteró frente a Sadrac, Mesac y Abed Negó. El rey tomó la palabra y ordenó activar el horno siete veces más de lo habitual. Luego ordenó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a Sadrac, Mesac y Abed Negó, para arrojarlos en el horno de fuego ardiente. Entonces el rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó a toda prisa y preguntó a sus consejeros: «¿No hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atados?» Respondieron ellos: «Indudablemente, oh rey.» Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses.» Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios. Libro de Daniel 3,52.53.54.55.56. Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre. Alabado y exaltado eternamente. Bendito seas en el Templo de tu santa gloria. Aclamado y glorificado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el trono de tu reino. Aclamado por encima de todo y exaltado eternamente. Bendito seas Tú, que sondeas los abismos y te sientas sobre los querubines. Alabado y exaltado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el firmamento del cielo. Aclamado y glorificado eternamente. Evangelio según San Juan 8,31-42. Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: "Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos le respondieron: "Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: 'Ustedes serán libres'?". Jesús les respondió: "Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres. Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes. Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre". Ellos le replicaron: "Nuestro padre es Abraham". Y Jesús les dijo: "Si ustedes fueran hijos de Abraham obrarían como él. Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre". Ellos le dijeron: "Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios". Jesús prosiguió: "Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….. Señor Jesús, tú sabes cuánto nos gusta no perder nuestra libertad, pero conoces también cómo la malgastamos tontamente, sin darnos cuenta, plegándonos a los ídolos de moda. Ten piedad de nosotros. Haznos comprender que sólo tú puedes y quieres arrancarnos de toda esclavitud, con el don de tu Palabra de salvación, que nos hace habitar en ti. Suelta las cadenas de los compromisos y pecados del egoísmo que nos ata. Que tu cuerpo despedazado y tu sangre derramada, precio de nuestra libertad, sean para nosotros prenda y fuente de una vida continuamente renovada por el amor, dilatada en don incansable de nosotros mismos a ti y a los hermanos. Haz que comencemos a gustar el gozo de aquella libertad que llegará a su plenitud cuando tú, libertad infinita, seas todo en todos. Amén Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: « Para que seamos libres nos ha liberado Cristo» (Gál 5,1). Amén Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén