Unos minutos con Dios.
Santo Toribio de Mogrovejo
Nació en España hacia 1538, y estudió derecho en Salamanca. Nombrado obispo de Lima en 1580, marchó a América. Lleno de celo apostólico, reunió numerosos sínodos y concilios que promovieron con mucho fruto la vida religiosa de todo el virreinato. Defendió con valentía los derechos de la Iglesia, con gran dedicación trabajó por su grey y mostró preocupación, sobre todo, por la población autóctona. Murió en el año 1606.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Evangelio según de San Mateo 5, 17-19 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos”. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….. Señor, tu enseñanza en este evangelio, me aflige por el cumplimiento de las leyes, pero al pensar en la ley suprema del amor, me siento que soy capaz, me esfuerzo y pongo mi mejor voluntad. Las cosas hechas sin amor no llegan a ningún fin y esclavizan, pero todo lo que hacemos desde el amor nos libera y beneficia al prójimo. Te pido que me guíes siempre por esa ley que Tú mismo has dejado impresa en mi corazón. Amén Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy esta frase de santa Teresa de Calcuta: «Se fiel en las cosas pequeñas, ya que es en ellas que tu fuerza reside.» AménPadre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.