August 1, 2018

Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Libro de Jeremías 15,10.16-21. ¡Qué desgracia, madre mía, que me hayas dado a luz, a mí, un hombre discutido y controvertido por todo el país! Yo no di ni recibí nada prestado, pero todos me maldicen. Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba, tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo soy llamado con tu Nombre, Señor, Dios de los ejércitos. Yo no me senté a disfrutar en la reunión de los que se divierten; forzado por tu mano, me mantuve apartado, porque tú me habías llenado de indignación. ¿Por qué es incesante mi dolor, por qué mi llaga es incurable, se resiste a sanar? ¿Serás para mí como un arroyo engañoso, de aguas inconstantes? Por eso, así habla el Señor: Si tú vuelves, yo te haré volver, tú estarás de pie delante de mí; si separas lo precioso de la escoria, tú serás mi portavoz. Ellos se volverán hacia ti, pero tú no te volverás hacia ellos. Yo te pondré frente a este pueblo como una muralla de bronce inexpugnable. Te combatirán, pero no podrán contra ti, porque yo estoy contigo para salvarte y librarte -oráculo del Señor-. Yo te libraré de la mano de los malvados y te rescataré del poder de los violentos Salmo 59(58),2-3.4-5a.10-11.17.18. Líbrame de mis enemigos, Dios mío, defiéndeme de los que se levantan contra mí; líbrame de los que hacen el mal y sálvame de los hombres sanguinarios. Mira cómo me están acechando: los poderosos se conjuran contra mí; sin rebeldía ni pecado de mi parte, Señor. sin culpa mía, se disponen para el ataque. Yo miro hacia ti, fuerza mía, porque Dios es mi baluarte; él vendrá a mi encuentro con su gracia y me hará ver la derrota de mis enemigos. Pero yo cantaré tu poder, y celebraré tu amor de madrugada, porque tú has sido mi fortaleza y mi refugio en el peligro. ¡Yo te cantaré, fuerza mía, porque tú eres mi baluarte, Dios de misericordia! Evangelio según San Mateo 13,44-46. Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró." Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….. Tengo necesidad de ti, Señor, de tu presencia, que da vigor a mis fuerzas e impulso a mi corazón. Necesito saborear la dulzura de tu amistad, dejarme deslumbrar por el esplendor de tu belleza. Tengo necesidad de apasionarme por tus cosas y de descubrir que sólo perteneciéndote soy de verdad yo mismo. No es fácil encontrar a precio de saldo el coraje de arriesgar. Y -me doy cuenta de ello- no es el resultado de una operación lógica. El coraje necesario para apostarlo todo, toda la existencia, por ti, Señor, apoyados en tu Palabra, es algo que pertenece al orden del corazón, y es posible si acepto dejarme abrasar interiormente por el fuego del Espíritu, por tu amor creador. Que yo también pueda saborear, Señor, tu bondad y tu dulzura... Así, lo menos que podré hacer será dejarlo todo por ti y gritarte una vez más: «¡Aquí estoy, Señor!». Amén Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Tu Palabra es la alegría de mi corazón» (Jr 15,16).Amén Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén