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Unos minutos con Dios.
"La fe cristiana penetró en Corea por primera vez a principios del siglo XVI. Durante las diversas persecuciones del siglo XIX hubo 103 mártires entre los que destacan los santos que hoy celebramos. Andrés Kim nació en 1821, se hizo seminarista y en 1837 fue enviado a Macao y luego a Shanghái donde, en 1845, fue el primer coreano ordenado presbítero. Fue martirizado en Seúl en 1846. Fue canonizado en 1984 y ha merecido una veneración particular entre los mártires coreanos por ser el primer presbítero coreano y por su ejemplar valor misionero. Es patrono de los presbíteros en Corea."
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Evangelio según de San Lucas 8, 16-18 En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener”. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….. Jesús, tú eres la luz del mundo, tú eres la luz de mi vida. Tu Palabra me invita a ser luz, a proyectar tu luz al mundo; reconozco áreas de oscuridad en mi vida, áreas de oscuridad en mi corazón. El mundo, el demonio y mi propia carne, me tientan a esconder tu luz. La escondo cuando cedo a las tentaciones, cuando no hago la voluntad de Dios en mi vida, cuando el placer y la acedía enfrían mi corazón y mi espíritu, cuando no alivio las necesidades de los hermanos en mi vida. Hoy te pido que me vuelvas a iluminar, que tú luz brille una vez más en mi alma, mi mente, mi espíritu. Yo quiero ser tu candelero para que otros ven tu luz y todos den gracias a Dios. Amén Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse» AménPadre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
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