
Unos minutos con Dios.
Santos Marta, María y Lázaro
Marta, María y Lázaro eran hermanos; habiendo acogido en Betania al Señor, Marta le sirvió diligentemente y María le escuchó piadosamente y con sus oraciones obtuvieron la resurrección del hermano.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas".
Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió: "Ya sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?" Ella le contestó: "Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo"
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Señor Jesús, como Marta, yo también llevo en el corazón pérdidas, ausencias y dolores que a veces no entiendo. En medio del duelo, del silencio de la fe y de las preguntas sin respuesta, me acerco a ti con lo poco que tengo: mi esperanza herida, mi confianza vacilante y mi deseo profundo de creer que tú estás conmigo, incluso cuando todo parece oscuro.
Tú me dices hoy: “Yo soy la resurrección y la vida”, y en esas palabras quiero apoyarme. Dame la gracia de creer como Marta, con firmeza, que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, y que en ti la muerte no es el final, sino el principio de la vida eterna. Aumenta mi fe cuando flaquea, consuela mi alma cuando llora, y haz que nunca olvide que, si tú estás conmigo, la esperanza siempre renace. Amén.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «“Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo"» Amén
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén