October 15, 2021

Unos minutos con Dios
Memoria de Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia
Teresa de Jesús nació en Ávila el 28 de marzo de 1515. Tras una infancia precozmente religiosa y una difícil adolescencia, atraída por la lectura del evangelio y por la oración entró en el Carmelo de la Encarnación en 1535. Después de un prolongado período de tibieza, comienza su conversión -acaecida en 1554-, una intensa vida mística en contacto con Cristo, que desemboca en un intenso deseo de servir a la Iglesia de su tiempo, lacerada por la Reforma protestante. A fin de contribuir a la renovación de la Iglesia con la oración y la vida perfecta, fundó en Ávila, el año 1562, el monasterio de San José, primera casa de la Reforma teresiana. En 1567 encuentra a Juan de la Cruz, que se convertirá en su colaborador y director espiritual. Hasta la víspera de su muerte funda diversos monasterios en Castilla y en Andalucía. Declarando en su lecho de muerte que era hija de la Iglesia, entró en la gloria el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes. Fue canonizada el 12 de marzo de 1623 por Gregorio XV y declarada por Pablo VI primera mujer doctora de la Iglesia el 27 de septiembre de 1970. Empezamos la oración de la mañana: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios. Si es necesario, léala de nuevo usando tu propia Biblia: Evangelio según San Lucas 12, 1-7 En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas. Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo. ¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos’’. Oración: dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo de corazón a Corazón; intercede por tu familia… Te suplicamos Señor, que tu gracia continuamente no y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien cada día de nuestra vida. Gracias Padre porque te ocupas de las más pequeñas de tus criaturas. Tú contemplas los pajaritos. Te interesas por todo lo que no tiene la menor apariencia de grandeza. Todo lo llevas en tu corazón. ¡Mayormente a los seres humanos! Señor, yo creo que estoy "ante tu mirada". Con este convencimiento, ¿cómo puedo tener miedo? Amén. Jesús en ti confío Contempla la Palabra de Dios (en silencio, deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite a menudo y medita hoy esta expresión de santa Teresa: No está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho (Castillo interior, Cuartas moradas, 1,7).Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta. Eleva el pensamiento, Al cielo sube, Por nada te acongojes, Nada te turbe. A Jesucristo sigue Con pecho grande, Y, venga lo que venga, Nada te espante.
Para las lecturas del día, por favor vaya aquí.Lectura Espiritual
Todos los días estamos tentados de obrar "farisaicamente" de tal modo que nuestras palabras no correspondan con lo que tenemos en el corazón. Nuestra misión de cristiano no es otra que profesar abiertamente y sin temor nuestra fe, cueste lo que cueste. ¿Cómo no abandonarse confiadamente a este Dios que se preocupa con amor hasta de sus criaturas más insignificantes? Nuestra vida tiene que ganar en trasparencia y testimonio de lo que vivimos. Porque los que hemos sentido la gracia de Dios, ¿podremos ser para los demás otra cosa que no sea gracia y benevolencia? Los que hemos recibido el perdón ¿podemos tener otra regla de conducta que no sea la misericordia? Los que nos hemos visto libres gracias a la verdad ¿podemos tener otra ambición que no sea la de extender esa liberación a los demás? Tenemos que librarnos de la levadura de los fariseos y no dejar que en vez de ser los cristianos aprendices de un nuevo tipo de humanidad, lleguemos a ser la caricatura de un mundo de defectos, donde la envidia y rencillas, vanidad e imbecilidad, arrogancia y pretensión, desesperanza y abandono inunde nuestros corazones y nuestras iglesias. No temamos a los que matan el cuerpo y no pueden hacer nada más. Nuestra misión no es otra que la de proclamar a los cuatro vientos y gritar desde las azoteas el corazón de Aquel para quien un hombre vale más que todas las aves del mundo. ¡Somos hijos amados de Dios! ¡Vivamos como tales!!!!