November 11, 2019
Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:Sabiduria 1, 1-7
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen bien del Señor y con sencillez de corazón búsquenlo. El se deja hallar por los que no dudan de él y se manifiesta a los que en él confían. Los pensamientos perversos apartan de Dios, y los insensatos, que quieren poner a prueba el poder divino, quedan en ridículo. La sabiduría no entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado. El santo espíritu, que nos educa, y huye de la hipocresía, se aleja de la insensatez y es rechazado por la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce lo más íntimo del alma, observa atentamente el corazón y escucha cuanto dice la lengua. El espíritu del Señor llena toda la tierra, le da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice.Salmo 138, 1-3. 4-6. 7-8. 9-10
R. Condúceme, Señor, por tu camino. Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento o me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R. Condúceme, Señor, por tu camino. Apenas la palabra está en mi boca y ya, Señor, te la sabes completa. Me envuelves por todas partes y tienes puesta sobre mí tu mano. Esta es una ciencia misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo. R. Condúceme, Señor, por tu camino. ¿A dónde iré yo lejos de ti? ¿Dónde escaparé de tu mirada? Si subo hasta el cielo, allí estás tú; si bajo al abismo, allí te encuentras. R. Condúceme, Señor, por tu camino. Si voy en alas de la aurora o me alejo hasta el extremo del mar, también allí tu mano me conduce y tu diestra me sostiene. R. Condúceme, Señor, por tu camino. Lucas 17, 1-6 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Memoria de San Martín de Tours
Martín, nacido en Panonia (Hungría) en el año 316, fue destinado por su padre a la carrera militar. Siendo todavía catecúmeno, dio pruebas de coherencia cristiana y de amor a los pobres. Dejó las armas, bajo la guía de san Hilario de Poitiers, y se consagró a Dios profesando la vida monástica. Llevó, primero, una vida eremítica; más tarde, por consejo del mismo Hilario, fundó en Ligugé el primer monasterio de Occidente. En el año 373 fue elegido obispo de Tours, y hasta su muerte, acaecida el 397, se consagró con una solicitud incansable a la formación del clero, a la pacificación de los pueblos y a la evangelización. Fue uno de los primeros santos no mártires en ser honrado en la liturgia de la Iglesia.