Unos minutos con Dios.
Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, Obispos y Doctores de la Iglesia
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Juan 1, 19-28
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?”
Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?” Él les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías”.
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias”.
Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Señor Jesús, que nuestras vidas sean un reflejo de tu luz. Al igual que Juan el Bautista quien vino como testigo para dar testimonio de tu luz y abrir el camino para otros a la salvación, ayúdanos a cumplir nuestra misión de ser sacerdotes y testigos tuyos llevando tu verdad y palabra a otros.
Que gran regalo nos das a diario. Doy gracias por todos los hermanos y hermanas, discípulos tuyos por cual la Fe llego a mí y los míos. ¡Tenlos contigo en la gloria!
Jesús, ayúdanos a seguir su ejemplo para también ser porteros de tu luz para las futuras generaciones. Fortaléceme para vivir mi vida ordinaria con coherencia, amor y caridad.
¡San Juan el Bautista, intercede por nosotros! Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.» Sal 97
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.
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