December 7, 2020

Unos minutos con Dios
San Ambrosio
Miembro de una noble familia cristiana de origen romano, nació en Tréveris (en la antigua Galia) en torno a los años 337-339. Tras la muerte de su padre, fue a Roma y se dedicó con pasión a los estudios e ingresó en la administración pública. Hacia el año 370, fue enviado a Milán, donde, a la muerte del obispo arriano Ausencio, se habían encendido ásperos tumultos por el nombramiento del sucesor. La obra de pacificación de Ambrosio fue tan persuasiva que fue aclamado obispo por todo el pueblo, tanto por los católicos como por los arríanos. Siendo todavía catecúmeno, recibió el bautismo, y una semana más tarde, la consagración episcopal: era el año 374. Como pastor ejemplar, se mostró incansable a la hora de alimentar al rebaño con el pan de la Palabra de Dios, asiduo en la atención a la liturgia, indómito en la defensa de la libertad de la Iglesia. Figura entre los grandes doctores de la Iglesia de Occidente. Murió en Milán el año 397. Empezamos la oración de la mañana: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios. Si es necesario, léala de nuevo usando tu propia Biblia: Evangelio según San Lucas 5, 17-26 Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: “Amigo mío, se te perdonan tus pecados”. Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?” Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: “¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y anda’? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados –dijo entonces al paralítico–: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: “Hoy hemos visto maravillas”. Oración: dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo de corazón a Corazón; intercede por tu familia… Jesús, vienes a liberarnos de lo que nos paraliza. Señor por tu inmensa misericordia muéstrame de qué necesitó ser liberado, para poder reconocer que tu eres el Hijo de Dios. Contempla la Palabra de Dios (en silencio, deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: Frase de San Ambrosio: «Cristo es todo para nosotros».Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
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Los cuatro amigos del paralítico estaban decididos a enfrentar los problemas que encontrarán, para asegurar que se encontrará con Jesús. Toda la operación mostraba amor y cuidados. Eran cuidadores. El paralítico fué sanado gracias a la fe y el esfuerzo de sus amigos. https://youtu.be/W22NiyqN64o