Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Lucas 9, 51-56
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: "Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?"
Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. (Lucas 9, 51)
Su ministerio público había iniciado en Galilea, pero “ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo” (Lucas 9, 51). Se dirigiría hacia Jerusalén, predicando, enseñando y sanando por el camino. Finalmente, realizaría lo que su Padre lo había enviado a hacer: Por medio de su muerte y resurrección, salvaría al mundo.
San Lucas dice que Jesús “tomó la firme determinación” de dirigirse hacia la cuidad santa (Lucas 9, 51). Jesús sabía exactamente lo que lo esperaba ahí, y aun así no titubeó.
¿Has temido tú hacer algo que sabes que Dios te estaba pidiendo? A veces pareciera que hacer la voluntad de Dios puede ser difícil si no imposible. Quizá es un pecado recurrente contra el cual estás luchando, o una necesidad que tú no tienes el tiempo o la energía para atender. Podrías sentirte tentado a desanimarte y darte por vencido.
Pero ¿qué sucedería si tomaras la “firme determinación” de hacerlo de cualquier manera? ¿Qué tal si conviertes eso que Dios te está pidiendo en algo que tú deseas tanto como él? Eso fue lo que Jesús hizo. El Señor no se limitó simplemente a aceptar la voluntad del Padre; estaba comprometido con ella de todo corazón. Jesús quería salvarnos del pecado y de la muerte, sin importar el costo.
¿Cómo puedes ser más decidido en realizar algo que Dios quiere, especialmente cuando tú no lo quieres hacer o no sabes cómo hacerlo? Puedes comenzar siendo honesto con el Señor, comparte con él tu dificultad. Luego pídele que te ayude a ver la situación a través de sus ojos. Pídele que te dé su misericordia y compasión, tanto para la gente que está involucrada como para ti mismo. Finalmente, pídele continuamente su gracia para tener la misma determinación que tuvo Jesús y para desear su voluntad más que la tuya. Esta oración siempre complace al Señor.
Con seguridad vas a sufrir, como sufrió Jesús en Getsemaní. También puedes dudar de vez en cuando. Pero no permitas que eso te desanime. Tan solo levántate e intenta una vez más seguir a tu Salvador, quien se dirigió hacia Jerusalén con la única intención de poder llamarte suyo un día.
“Señor, te pido que me concedas la gracia y la determinación de hacer tu voluntad.” Amén (Extracto LPEN)
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Jesucristo vino a servir y a dar la vida por la salvación de todos.» (Mc 10,45)
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.
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