August 17, 2021

Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios. Si es necesario, léala de nuevo usando tu propia Biblia: Evangelio según San Mateo 19, 23-30 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos”. Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: “Entonces ¿quién podrá salvarse?” Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: “Para los hombres eso es imposible, más para Dios todo es posible”. Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: “Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?” Jesús les dijo: “Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros’’. Oración: dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo de corazón a Corazón; intercede por tu familia… Amado Padre, ayúdanos a poner nuestras prioridades en orden y nuestro corazón sea iluminado por el bendito amor de tu amado Hijo Jesús y a él le pertenezca el primer lugar de nuestras vidas. Señor bendito, hoy, nuestra oración es para no tener miedo de que nos vayas a pedir algo que no podamos hacer. Ayúdanos con la fuerza transformadora de tu Santo Espíritu a rendirnos totalmente ante Ti, confiando en que Tú, sólo Tú, eres todo lo que necesitamos. Amén Contempla la Palabra de Dios (en silencio, deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos» (Mateo 5,3). Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo retorno. Todo es Tuyo: dispone de ello según Tu Voluntad. Dame Tu Amor y Gracia, que éstas me bastan. Para las lecturas del día, por favor vaya aquí.Lectura Espiritual
La gratuidad en seguir a Jesús es la respuesta a la gratuidad del amor y de la salvación que nos da Jesús. Y cuando se quiere ir sea con Jesús que, con el mundo, sea con la pobreza que, con la riqueza, esto es un cristianismo a mitad, que quiere una ganancia material. Es el espíritu del mundo. Esos cristianos hacen eco a las palabras del profeta Elías, cojean con las dos piernas porque no saben lo que quieren. Para entender esto es necesario acordarse de que Jesús nos anuncia que los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros, o sea aquel que se cree o que es el más grande se tiene que volver el servidor, el más pequeño. Seguir a Jesús desde el punto de vista humano no es un buen negocio: es servir. Lo ha hecho Él, y si el Señor te da la posibilidad de ser el primero, tú tienes que comportarte como el último, o sea, servir. Y si el Señor te da la posibilidad de tener bienes, tú debes emplearte en servir a los otros. Son tres cosas, tres escalones, los que te alejan de Jesús: las riquezas, la vanidad y el orgullo. Por esto son tan peligrosas las riquezas, porque te llevan en seguida a la vanidad y te crees importante. Y cuando uno se cree importante pierde la cabeza y se pierde. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 26 de mayo de 2015 en Santa Marta).