July 5, 2022
Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Evangelio según San Mateo 9, 32-38 En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: “Nunca se había visto nada semejante en Israel”. Pero los fariseos decían: “Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios”. Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia……. Señor, tal parece, que a veces nos gusta quedarnos en los bancos esperando que el milagro ocurra, para tomar foto y hacer un post en nuestra página social. Cuando en realidad, no cesas de trabajar en cada uno de nosotros, de sanar corazones rotos, cicatrices de nuestro pasado que nunca han sido completamente sanadas, fielmente esperando que te elevemos a nuestro prójimo necesitado de ti. Señor, danos tu gracia para poder levantarnos del banco de nuestras parroquias para ser enviados en tu misión. Amén Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos». AménPadre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
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