Martes de la segunda semana de Adviento

Unos minutos con Dios.

Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:

Evangelio según San Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños”.

Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……

Se regocija más por ello que por los noventa y nueve que no se desviaron. (Mateo 18:13)

Si tuvieras que hacer una lista de las áreas de tu vida en las que necesitas trabajar, ¿Qué tan larga sería? ¿Empequeñecería una lista de las áreas en las que te está yendo bien? La mayoría de nosotros respondería que sí, incluso si no fuera cierto. Y eso podría hacernos pensar que nunca podremos ser lo suficientemente buenos para Dios o dignos de su amor. ¿Pero, es así como Dios nos mira?

No. Dios nos mira con gran amor y ternura incluso cuando pecamos y nos alejamos de él. Y cuando nos encuentra, no nos condena; ¡Él se regocija por nosotros! Esa es la hermosa imagen del Buen Pastor que Jesús nos da en el Evangelio de hoy.

Imagina que eres la oveja descarriada. Te has alejado del pastor y ahora estás tratando de protegerte de una tormenta o esconderte. ¿Puedes ver el rostro del pastor cuando te encuentra? No ves ninguna ira en sus ojos ni escuchas ninguna reprimenda dura que salga de su boca. En cambio, su gentileza derrite el miedo y la vergüenza que sentiste en tus andanzas. Luego te abraza y te lleva de vuelta a su rebaño.

San Pablo escribió una vez: "Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). La verdad es que ninguno de nosotros está entre los noventa y nueve que no se desviaron. Todos tenemos momentos en los que nos alejamos del Señor. Todos tenemos áreas de tentación con las que luchamos, y todos tenemos momentos en los que cedemos a esas tentaciones. Así que no debemos sorprendernos por nuestras debilidades y fracasos.

Al mismo tiempo, no debemos sorprendernos al descubrir que nuestro Dios es un Buen Pastor que se alegra cuando nos rescata. Y no debería sorprendernos descubrir que él continúa buscándonos cada vez que seguimos nuestro propio camino. Él nunca se cansa de prodigarnos a nosotros, o a cualquier otra persona, con su amor y su misericordia.

Puede ser agotador contar nuestras deficiencias espirituales o tratar de ser lo suficientemente bueno como para ganarse el amor de Dios. La próxima vez que te sientas desanimado por tus debilidades, recuerda su bondad, vuélvete a él y permítele que él, tu Buen Pastor, te lleve a casa en sus brazos.

"Jesús, gracias por amarme y regocijarte por mí incluso en mi debilidad". Amén (Extracto de TWAU)

Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.

Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Ya viene el Señor a renovar el mundo.»   Amén.Salmo 95

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.

Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad.

Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.

Para las lecturas del día, por favor vaya aquí.