Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Primera lectura 2 Pedro 3, 12-15. 17-18
Hermanos: Piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos.
Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los halle en paz con él, sin mancha ni reproche, y consideren que la magnanimidad de Dios es nuestra salvación.
Así pues, queridos hermanos, ya están ustedes avisados; vivan en guardia para que no los arrastre el error de los malvados y pierdan su seguridad. Crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A él la gloria, ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….
Señor, hoy me haces otro llamado a la santidad, conoces bien mis debilidades y aunque quiero, no puedo por mis propias fuerzas; por favor dame tu gracia, para poder llegar a la meta.
Jesús, tú que eres sincero, enséñame a esperar el día de Dios y, mientras lo espero, "a dar a Dios lo que es de Dios": todos los latidos de mi corazón, cada aliento de mi vida. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: ‹‹Piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes›› Amén
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Esperanza.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Donde haya tristeza, que lleve yo la Alegría.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto
ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino amar.
Porque dando, es como se recibe;
Olvidando, como se encuentra;
Perdonando, como se es perdonado;
Muriendo, como se resucita a la Vida Eterna. Amén
Para las lecturas del día oprime aquí.
¡Señor, danos sacerdotes! ¡Señor, danos sacerdotes santos! ¡Señor, danos muchos y muy santos sacerdotes! ¡Señor danos muchas y muy santas vocaciones religiosas!
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