
Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Primera Lectura Hechos 7, 51–8, 1
En aquellos días, habló Esteban ante el sanedrín, diciendo: “Hombres de cabeza dura, cerrados de corazón y de oídos. Ustedes resisten siempre al Espíritu Santo; ustedes son iguales a sus padres. ¿A qué profeta no persiguieron sus padres? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, al que ahora ustedes han traicionado y dado muerte. Recibieron la ley por medio de los ángeles y no la han observado”.
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Diciendo esto, se durmió en el Señor. Y Saulo estuvo de acuerdo en que mataran a Esteban.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…
Hoy, en este momento de silencio, de soledad de corazón, momento de oración, momento de escuchar a Dios que me habla, me pregunto. ¿Cada día de mi vida, cuantas veces soy de cabeza dura, cerrado de corazón y de oídos?
Señor bendito y generoso, ayúdame a que todo mi ser esté disponible a tu amor, amor incondicional. Señor amado, infunde en mi un espíritu valiente como el de Esteban, para así llevar el mensaje a tiempo y a destiempo. Señor, Jesús, bendito seas. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «“Hombres de cabeza dura, cerrados de corazón y de oídos”.» Amén (Hch. 7, 51a)
Toma , Señor y recibe toda mi libertad,
mi memoria, mi inteligencia
mi voluntad; todo lo que poseo
Tú me lo diste, y a Ti, Señor, te lo entrego.
Todo es tuyo, dispone de todo
según tu voluntad:
dame sólo tu amor y tu gracia;
con eso me basta. Amén
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