
Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Primera lectura Romanos 4, 19-25
Hermanos: La fe de Abraham no se debilitó a pesar de que, a la edad de casi cien años, su cuerpo ya no tenía vigor, y además, Sara, su esposa, no podía tener hijos. Ante la firme promesa de Dios no dudó ni tuvo desconfianza, antes bien su fe se fortaleció y dio con ello gloria a Dios, convencido de que él es poderoso para cumplir lo que promete. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia.
Ahora bien, no sólo por él está escrito que "se le acreditó", sino también por nosotros, a quienes se nos acreditará, si creemos en aquel que resucitó de entre los muertos, en nuestro Señor Jesucristo, que fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Amado Jesús, al meditar en Romanos 4, 19-25, me conmueve profundamente el ejemplo de fe de Abraham. Es un recordatorio poderoso de que incluso ante lo humanamente imposible, como su avanzada edad y la esterilidad de Sara, la fe en las promesas de Dios no debe flaquear. El hecho de que Abraham no dudó, sino que se fortaleció en la fe y dio gloria a Dios, me inspira a confiar sin reservas en Tu poder. Pero lo más consolador es saber que esta enseñanza está escrita también por y para nosotros, pues si creemos en Ti, que fuiste entregado por nuestros pecados y resucitaste para nuestra justificación, esa misma fe nos será acreditada como justicia. Gracias, Señor, porque Tu resurrección es la prueba suprema de que eres todopoderoso para cumplir Tu promesa de salvación y de darnos una nueva vida. Permite que mi fe, como la de Abraham, sea firme, inquebrantable, y que siempre dé gloria a Tu nombre. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «"Ante la firme promesa de Dios no dudó ni tuvo desconfianza, antes bien su fe se fortaleció y dio con ello gloria a Dios."» Amén
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén