
Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Juan 20, 1-2. 11-18
En aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: "Maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa". Él les respondió: "Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le dará será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.
Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio contra esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande que Jonás.
La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón''.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia …
Señor Jesús, perdóname si he querido imponerme al pedir respuesta a mis peticiones. Que equivocado estoy. No tengo derecho de querer acelera las cosas o tus tiempos. Ayúdame a vivir contento y en espera a que tú me reveles tu plan poco a poco.
Tú eres el ejemplo más perfecto. En tu continuo peregrinar en la tierra, nos mostraste como vivir, dando paso a paso hacia el Padre sin regresar, abrazando la cruz aun en momentos cuando la vida no sonreía y entregando tu vida hasta la última gota de tu preciosísima sangre.
Abre mi entendimiento y mi corazón para dejarme moldear en imitación a ti. Aumenta mi confianza y mi fe para hacer la voluntad del Padre sin pedir señales. Amén.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: “Dichoso el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con su deber; yo les aseguro que le confiará todos sus bienes.” Mt 24, 46
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.
Para las lecturas del día, por favor vaya aquí. Amén.
¡Oren por Kerygma Comunidad Misionera Evangelizadora! ¡Que Dios nos mantenga a todos los misioneros, fieles a la misión encomendada!