Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Mateo 8, 18-22
En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza".
Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos".
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Señor Jesús, hoy tu evangelio me hace mirar así adentro, revisar mi vida y realmente cuestionar mi compromiso contigo. Tu amor y entrega en la cruz por mi sobrepasan todo entendimiento y expresión de amor. Por lo tanto, mi respuesta a ‘tanto amor’ no puede ser una de ‘menos amor’, o de un amor a medias o miserable.
Tú me has llamado. Y esa llamada demanda una respuesta autentica, sólida y sin reservas. El amor no se conforma con recortes, faltas de tiempo, falsedades, apegos y excusas. Sino que el amor exige una respuesta fiel, comprometedora y cumplidora.
Lléname de tu gracia Señor y ayúdame a saber vivir mi misión, identificándome plenamente con el ideal que propone tu palabra. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice el Señor.» (Ez 34,15)
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén
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