
Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Juan 16, 29-33
En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: "Ahora sí nos estás hablando claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios".
Les contestó Jesús: "¿De veras creen? Pues miren que viene la hora, más aún, ya llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo".
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…
Señor Jesús, no me abandones en mis soledades, cuando todo parece hundirse a mi alrededor y cuando las presencias más familiares se me vuelven extrañas y son incapaces de consolarme.
Tú también sabes, Jesús mío, lo terrible que es la soledad, cuando hasta el Padre se te hacía imposible de encontrar y te sentiste abandonado por él. Por esta terrible desolación por la que pasaste, ven en ayuda de mis desiertos, no me abandones cuando me siento abandonado por los otros. Piedad de mi Señor
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: "Yo no estoy solo, porque el Padre está conmigo" (Jn 16,32b).
Toma, Señor,
y recibe mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer.
Tú me lo diste,
a Ti, Señor, lo torno;
todo es tuyo;
dispón de ello
conforme a tu voluntad.
Dame tu amor y gracia,
que esto me basta.
Amén.