December 2, 2019
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Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia: Libro de Isaías 4,2-6. Aquel día, el vástago del Señor será magnífico y glorioso; el fruto del país será orgullo y esplendor de los sobrevivientes de Israel. A los restantes en Jerusalén, a todos los inscritos en ella para la vida, los llamaré santos. Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sión y haya limpiado de sangre a Jerusalén con viento justiciero y abrasador, creará el Señor, sobre todo lugar del monte Sión y sobre la asamblea, nube y humo de día, y fuego llameante de noche. Y por encima, la gloria del Señor será toldo y tienda contra el calor del día, abrigo y resguardo contra el temporal y la lluvia. Salmo 121, 1-2. 3-4a (4b-5. 6-7) 8-9 R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor. ¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas. R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor. A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor. Digan de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa”. R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor. Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz esté contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes. R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor. Evangelio según San Mateo 8,5-11. En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho”. Él le contestó: “Voy a curarlo”. Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: ‘¡Ve!’, él va; al otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”. Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: “Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos”. Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….. Señor Jesús, viniste a sanar corazones heridos y afligidos: Te ruego que sanes los traumas que causan perturbaciones en mi corazón. Te pido, en particular, que sanes a aquellos que son la causa del pecado. Te pido que entres en mi vida, que me sanes de los traumas psicológicos que me golpearon a una edad temprana y de esas heridas que me causaron a lo largo de mi vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón como Buen Pastor. Te ruego, en virtud de esa gran herida abierta en tu corazón, que sanes las pequeñas heridas que hay en el mío. Sana las heridas de mis recuerdos, para que nada de lo que me sucedió me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Quiero perdonar a quienes me ofendieron; mira esas heridas interiores que me hacen incapaz de perdonar. Amén. Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Vayamos con alegría al encuentro del Señor.» Amén Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén