Unos minutos con Dios.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Primera lectura 1 Juan 4, 19–5, 4
Queridos hijos: Amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Además, Jesús nos ha dado este mandamiento: El que ama a Dios, que ame también a su hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Señor, tu Palabra es un arma de dos filos “Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.” Mas claro que esto, ni el agua que bebemos.
Jesús, en estos minutos de oración te abro mi corazón para que sea transformado por tu Amor. Quiero cambiar, quiero reconocerte en mi prójimo. No solamente en el que carece, también en el necesitado de amor y aquel que me ha ofendido. Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «“Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso.”» Amén
Oración de ofrecimiento
Dios, Padre nuestro,
yo te ofrezco toda mi jornada,
mis oraciones, pensamientos,
afectos y deseos, palabras, obras, alegrías y sufrimientos, en unión
con el Corazón de tu Hijo Jesucristo que sigue ofreciéndose a Ti
en la Eucaristía
para la salvación del mundo.
Que el Espíritu Santo, que guió a Jesús,
sea mi guía y mi fuerza en este día
para que pueda ser
testigo de tu amor.
Con María,
la madre del Señor y de la Iglesia,
pido especialmente
por las intenciones del Papa
y de nuestros obispos para este mes. Amén.