
Unos minutos con Dios
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Primera lectura Romanos 6, 19-23
Hermanos: Por la dificultad natural que tienen ustedes para entender estas cosas, voy a seguir utilizando una comparación de la vida ordinaria. Así como en otros tiempos pusieron sus miembros al servicio de la impureza y de la maldad, hasta llegar a la degradación, así ahora pónganlos al servicio del bien, a fin de que alcancen su santificación.
Cuando ustedes eran esclavos del pecado, no estaban al servicio del bien. ¿Y qué frutos recogieron entonces de aquello que ahora los llena de vergüenza? Ninguno, pues son cosas que conducen a la muerte.
Pero ahora, libres ya del pecado y entregados al servicio de Dios, dan frutos de santidad, que conducen a la vida eterna. En una palabra, el pecado nos paga con la muerte; en cambio, Dios nos da gratuitamente la vida eterna, por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia ……
Amado Jesús, te confieso que mi terquedad es a menudo como la de aquellos que, a pesar de entender con comparaciones sencillas como las de la vida ordinaria que propone San Pablo, sigo aferrándome a mis razonamientos limitados y a mis viejas costumbres, dudando en poner totalmente mi mente y mis acciones al servicio de la santificación, como si aún temiera dejar la esclavitud del pecado que, aunque sé que solo produce vergüenza y muerte, a veces parece más fácil que la entrega total a tu gracia y a la vida eterna que me ofreces gratuitamente. Amén.
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «"En una palabra, el pecado nos paga con la muerte; en cambio, Dios nos da gratuitamente la vida eterna, por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro."» Amén
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén
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