Unos minutos con Dios
San Mateo
Nació en Cafarnaún y, cuando Jesús lo llamó, ejercía el oficio de recaudador de impuestos. Escribió el Evangelio en lengua aramea y, según la tradición, predicó en Oriente.
Empezamos la oración de la mañana en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lee y medita la Palabra de Dios, si es necesario léala de nuevo, usando tu propia Biblia:
Evangelio según San Mateo 9, 9-13
En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?” Jesús los oyó y les dijo: “No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Oración, dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, intercede por tu familia…….
“Misericordia quiero y no sacrificios.” Tu Palabra, oh Dios, me interpela, me reta, me habla y me corrige. ¿Cuántas veces he juzgado, ofendido, y separado al hermano simplemente porque no es cómo yo, no piensa cómo yo, no actúa cómo yo? Señor Dios Rey celestial; tú me perdonas, tú me restauras, tú me amas y siempre me escuchas y me muestras tu eterno amor. Cambia mi corazón para que yo también ame, escuche, apoye, y perdone a todos mis hermanos. Los que piensa cómo yo y también los que no.Amén
Contempla la Palabra de Dios (en silencio deja actuar en ti al Espíritu de Dios). Actúa y conserva la Palabra en tu vida hoy.
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «"Entended lo que significa: misericordia quiero y no sacrificios; yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.”». Amén
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén